Oroi en terapia ocupacional: un impulso a la autonomía en personas con Párkinson

Erika Álvarez - - 3 mins.

En el Día Mundial del Párkinson, compartimos el testimonio de Nathalia Trujillo, terapeuta ocupacional y directora de la Asociación de Párkinson de Talavera de la Reina. Nathalia nos cuenta cómo la realidad virtual, a través de Oroi, se ha convertido en una herramienta clave en sus terapias, mejorando la motivación, la atención y, sobre todo, la autonomía de sus usuarios. Desde experiencias inmersivas que despiertan emociones hasta entrenamientos prácticos para afrontar actividades del día a día, esta entrevista muestra cómo la tecnología puede tener un impacto real y positivo en la vida de las personas con enfermedades neurodegenerativas.

Asociación de Enfermos y Familiares de Párkinson de Talavera de la Reina


¿Cuál es tu centro y cuál es tu papel en él?
Soy Nathalia Trujillo, terapeuta ocupacional y directora de la Asociación de Enfermos y Familiares de Párkinson de Talavera de la Reina. También soy la impulsora de la incorporación de nuevas tecnologías en el centro.

¿Podrías describir brevemente la asociación y el tipo de servicios que ofrecéis?
La asociación se fundó en 2004. Comenzó siendo un proyecto pequeño, con pocos recursos y pocos socios, y a día de hoy ya contamos con alrededor de 90 usuarios. Aunque nuestro enfoque principal es la enfermedad de Párkinson, también atendemos otras patologías neurológicas como el ictus u otros tipos de demencias.

Ofrecemos servicios de fisioterapia, terapia ocupacional, logopedia y psicología. Además, desarrollamos programas transversales en los que participa todo el equipo, como el “retiro familiar”, en el que los socios socializan más allá de las terapias. También realizamos actividades grupales como la piscina o el taichí, adaptadas a nuestras personas usuarias y respaldadas por evidencia científica en su efectividad para el tratamiento del Párkinson, tanto a nivel motor como cognitivo.

¿Cómo conocisteis Oroi?
Fue una bonita casualidad. Acababa de terminar un máster en realidad virtual y había estado investigando cómo esta tecnología podía ayudar en el tratamiento del Párkinson. La evidencia científica mostraba que podía ser muy útil para trabajar actividades de la vida diaria y fomentar la integración de nuestros usuarios, que en muchos casos son personas mayores, en las nuevas tecnologías.

Buscando diferentes dispositivos y soluciones encontré Oroi. Justo ofrecíais lo que necesitábamos: herramientas accesibles, útiles y bien adaptadas a nuestras necesidades terapéuticas.

¿Qué tipo de actividades realizáis con Oroi y cómo se integran en vuestra rutina diaria?
Principalmente utilizamos Oroi en terapia ocupacional, aunque también lo incorporamos en fisioterapia. Con las primeras gafas que tuvimos, trabajamos con los programas de Wellbeing y Fit. Por ejemplo, con el módulo Fit y una bicicleta estática, nuestros usuarios podían hacer ejercicio en un entorno virtual, como si estuvieran al aire libre. Ellos mismos decían que era como “salir del centro” y “respirar aire fresco”.

En terapia ocupacional trabajamos mucho con el módulo del supermercado, que es muy completo. En él aplican estrategias de planificación, organización y gestión del dinero. Esta actividad les ayuda a recuperar confianza y autonomía, sobre todo en un aspecto tan importante como hacer la compra. El Párkinson a menudo genera inseguridad, lo que lleva al aislamiento, y lo que buscamos es devolverles la seguridad en sus capacidades.

¿Cuál fue la reacción inicial de los usuarios al probar la realidad virtual?
Recuerdo perfectamente el primer día que llegué con las gafas. Me decían cosas como “¿qué es esto?” o “¿qué nos vas a poner ahora?”. Al principio había algo de miedo e incertidumbre, era una experiencia completamente nueva para ellos, pero después... fue un espectáculo.

Nunca olvidaré a una paciente que nunca había ido a la playa. Le pusimos la experiencia de Wellbeing con una escena en la playa y fue muy emocionante. Nos dijo: “Nunca he ido, pero esto para mí es como estar allí”. Para muchos, poder “visitar” lugares como Granada o Sevilla, cuando nunca habían salido de su comarca, ha sido una experiencia increíblemente gratificante. Como profesional, son momentos que te llenan.

¿Qué beneficios habéis observado en los usuarios con el uso de Oroi?
A nivel cognitivo, hemos visto una mejora en habilidades como la atención y la concentración. Muchas veces, en un entorno lleno de estímulos, es difícil mantener el foco, y con la realidad virtual conseguimos un espacio inmersivo que facilita este tipo de trabajo.

Pero más allá de eso, destacaría la motivación que les genera. Les ayuda a visualizar que pueden realizar esas actividades en la vida real. Por ejemplo, después de trabajar la compra en el entorno virtual, conseguimos que algunos se atrevieran a ir al supermercado real que tenemos frente al centro. Hicimos varias sesiones de preparación y cuando fuimos, se sintieron seguros, incluso en situaciones que antes les generaban ansiedad, como interactuar con la cajera o contar el dinero. Lo habían practicado en un entorno seguro, y eso les dio confianza.

¿Hay algún aspecto que te haya sorprendido especialmente?
Sí, especialmente tras probar Oroi Resort. El hecho de no tener que usar mandos les ha ayudado a tener más libertad de movimiento. Algunos usuarios incluso comentaron que sentían que trabajaban más que en una terapia tradicional, porque estaban inmersos en una actividad completa y significativa. No era una tarea artificial, sino algo que luego podían aplicar en su vida cotidiana.

Valoración final: ¿recomendarías Oroi a otras asociaciones o centros?
Sí, sin ninguna duda. Aunque pueda parecer una herramienta individual, también tiene un gran impacto a nivel grupal. Ahora mismo tenemos dos gafas en el centro y es increíble ver cómo las usan simultáneamente: uno puede estar “cocinando” mientras otro “visita” Sevilla. Verlos compartiendo esas experiencias es muy especial.

Recomendaría Oroi porque permite romper con la rutina del espacio terapéutico habitual y mostrarles que existen otras formas y dispositivos que pueden ayudar en su recuperación. Estar en un entorno inmersivo les hace sentir distintos. Ya no es una clínica, es un mundo nuevo. Y eso, a nivel motivacional, se nota muchísimo.