Oroi y Suara Cooperativa demuestran los beneficios de la realidad virtual en servicios de atención a domicilio (SAD)
Erika Álvarez - - 5 mins.
Oroi, en colaboración con Suara Cooperativa, ha presentado los resultados de un proyecto de “Acompañamiento terapéutico a domicilio” que demuestra que la realidad virtual es una herramienta eficaz para mejorar la salud emocional de las personas mayores y/o en situación de dependencia.
La prueba piloto se ha llevado a cabo con más de 170 personas atendidas en servicios de SAD y pisos para personas mayores gestionados por Suara, y ha incluido la formación de unas 30 trabajadoras de la cooperativa para utilizar las gafas de realidad virtual de Oroi en su día a día.
Realidad virtual para personas mayores: impacto en el bienestar emocional
El estudio realizado en el marco de la jornada “Realidad Virtual y personas mayores” confirma el potencial de la realidad virtual como herramienta terapéutica y de acompañamiento.
Durante la prueba piloto, se utilizaron diferentes experiencias de realidad virtual de Oroi, adaptadas a personas mayores atendidas en sus hogares o en recursos residenciales. Los resultados muestran que:
- En el 75% de los casos se produjo una mejora del bienestar emocional.
- En 3 de cada 4 personas, se observó un aumento de más de 1 punto en la sensación de alegría (1,25 puntos).
- También se registró un incremento similar en la sensación de relajación (1,24 puntos), según la escala HADS de ansiedad y depresión.
Estos datos ponen de manifiesto el potencial de la realidad virtual en la atención domiciliaria y los servicios de proximidad, especialmente con personas mayores y/o en situación de dependencia.
El valor de la inmersión y la interacción social
La clave del éxito de este proyecto ha sido la combinación de:
- Entornos inmersivos y estimulantes, gracias a la tecnología de realidad virtual de Oroi.
- La interacción cercana de las profesionales de Suara, que acompañan la experiencia, conversan, explican y adaptan los contenidos a cada persona.
Este enfoque convierte cada sesión en algo más que “ver un vídeo”: se trata de un espacio de relación, emoción y acompañamiento terapéutico, donde la tecnología es una herramienta al servicio del vínculo humano.
Voces reales: la experiencia de las personas mayores
El impacto del proyecto se entiende aún mejor a través de los testimonios de las personas que lo han vivido en primera persona.
Carmen Durán, de 89 años, atendida por Suara, resume así su experiencia:
“Yo ya no puedo viajar. En cambio, he ido a Sevilla, Venecia, Everest, carreras de caballos, Austria, Madrid… Y que lo haya podido ver desde casa ha sido un lujo. Creo que esta tecnología es un avance buenísimo para las personas mayores”.
Otra participante, Gabriela Maldonado, con degeneración macular, explica que las gafas de realidad virtual le han permitido percibir cosas que hacía tiempo que no distinguía:
“Tengo una degeneración macular y de frente lo veo todo borroso. Con las gafas he podido ver como otro mundo. Ha sido una satisfacción y una experiencia muy bonita”.
Testimonios como estos muestran que la realidad virtual no solo entretiene, sino que abre nuevas formas de vivir el mundo sin salir de casa, incluso cuando la movilidad o la vista están limitadas.
Trabajadoras de SAD como facilitadoras tecnológicas
Uno de los elementos diferenciales del proyecto ha sido el papel de las trabajadoras del SAD y otros servicios de Suara como referentes tecnológicas.
Para ello:
- Se ha formado y capacitado a unas 30 trabajadoras de la cooperativa.
- El objetivo ha sido que se conviertan en facilitadoras de realidad virtual, capaces de implementar esta herramienta en sus servicios y de acompañar a otras profesionales en su uso.
La formación no se ha centrado solo en la parte técnica (manejo de las gafas, tiempos de uso, configuración de sesiones), sino también en:
- Comprender los beneficios terapéuticos de la realidad virtual.
- Disfrutar ellas mismas de las experiencias para poder transmitir confianza y entusiasmo a las personas atendidas.
Este enfoque contribuye además a:
- Reducir la brecha digital entre generaciones.
- Romper también las brechas de género y tecnología, acercando herramientas innovadoras a un sector, el SAD, con gran presencia femenina y que no siempre tiene acceso a este tipo de soluciones.
Apoyo institucional y trabajo conjunto
El proyecto ha contado con el apoyo de la administración pública, lo que ha facilitado su implementación y seguimiento.
Según ha explicado la dirección de Suara, la formación se ha diseñado para abarcar:
- Una fase inicial, para introducir la realidad virtual en los servicios.
- Un acompañamiento durante toda la prueba piloto, tanto en viviendas como en el SAD.
- Una fase posterior, para analizar qué contenidos se adaptan mejor y cómo integrarlos en la atención cotidiana.
Desde el ámbito académico, expertos como Roger Esteras, Técnico de Proyectos de Virtualidad en la Universidad de Girona, han destacado que:
- La realidad virtual genera emociones intensas y significativas.
- Estas emociones pueden aprovecharse mediante juegos y experiencias estimulantes para trabajar la estimulación cognitiva.
- La posibilidad de personalizar los contenidos permite ajustarlos a las necesidades y la realidad de cada persona atendida.
Conclusión: la realidad virtual como aliada en la atención a domicilio
La colaboración entre Oroi y Suara Cooperativa demuestra que la realidad virtual:
- Mejora el bienestar emocional de las personas mayores y/o en situación de dependencia.
- Permite viajar, recordar, emocionarse y relajarse sin salir de casa.
- Aporta una herramienta innovadora a las profesionales del SAD, reforzando su rol y ampliando sus recursos de intervención.
- Contribuye a reducir la brecha digital y a acercar la tecnología a colectivos que habitualmente quedan fuera de ella.
Para Oroi, este proyecto refuerza una convicción clave: La tecnología, cuando se diseña y se aplica desde el cuidado y la evidencia, puede convertirse en un acompañamiento terapéutico poderoso al servicio de las personas mayores y de quienes las atienden.
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